El club está bien. Las lluvias extraordinarias del sábado 28 y el desbordamiento del río Camurí Grande nos tomaron por sorpresa. Pero en seguida se armaron equipos de evaluación de daños, limpieza y recuperación de áreas, para normalizar las operaciones tan pronto como fuera posible.
Ese mismo sábado en la tarde ya había niños bañándose en la piscina infantil y los restaurantes abrieron sus puertas dispuestos a prestar servicio al largo centenar de socios que estaba en el club.
A la mañana siguiente, como cada domingo, celebramos la Santa Misa. Nos acompañaron Mons. Raúl Biord Castillo, obispo de La Guaira, y el padre Alberto Castillo, párroco de Naiguatá. Sus palabras de afirmación y esperanza renovaron nuestras fuerzas.
En el club tenemos experiencia y nos crecemos ante las dificultades.
El Club Camurí Grande es ejemplo de la Venezuela que nos enorgullece. No solo por sus instalaciones, los valores que lo inspiran y su cultura, también por el compromiso y la mística de trabajo que tiene su capital humano.
Ya se limpiaron la vía principal, los pasillos de Casa Club y Fuente de Soda. Se recuperó la cerca que había sido arrancada por el río. Un jumbo, un payloader y dos retroexcavadoras trabajan en la eliminación de sedimentos de la calle de Fuente de Soda y el talud oeste del río Camurí Grande. Ya se inició el vaciado de la piscina, y se aprovechará para hacerle mantenimiento mayor, obra que venía requiriendo. Las canchas de tenis también se están recuperando.
Avanzamos en el adecentamiento de nuestras instalaciones con la determinación que nos caracteriza. Y reiteramos: no tenemos daños que lamentar, ninguna vivienda se vio afectada, toda nuestra gente está haciendo su mejor esfuerzo, trabajando.
Junta Directiva CCG